Parece
el argumento de una película de ciencia
ficción, o una novela de terror. Pero se trata de un proyecto real, que se
encuentra en un estado de desarrollo bastante avanzado y que podría convertirse
en una herramienta más en los quirófanos de todo el mundo.
Diseñado
por la empresa OC
Robotics, del Reino Unido, este robot con forma de
serpiente mide unos 30 centímetros de largo y podrá ayudar a los
cirujanos a acceder al interior del cuerpo del paciente sin necesidad de
realizar grandes cortes.
No es una serpiente común, es un
robot médico, guiado por habilidosos cirujanos y diseñado para llegar a lugares
donde los doctores son incapaces de hacerlo sin tener que abrir al paciente.
Brazo robótico
nuevo mecanismo en el campo de la salud
Es solo un prototipo y todavía no se
ha usado en pacientes reales, tan sólo en laboratorios, pero sus diseñadores de
OC Robotics en Bristol, Reino Unido,
están convencidos de que una vez esté
listo y aprobado podría ayudar a extirpar tumores.
Cirugía no invasiva
La serpiente mecánica es una de las
tecnologías innovadoras para el tratamiento contra el cáncer presentadas en la Conferencia Internacional de Ingeniería
Oncológica de la Universidad de Leeds.
Muchos de los aparatos todavía están
en su estadio inicial de desarrollo, pero Safia Danovi, de la organización Cancer
Research en Reino Unido dice que la innovación y la investigación son
extremadamente importantes para atacar esta enfermedad.
“La cirugía es una piedra angular
del tratamiento contra el cáncer, así que las tecnologías que la hacen más
precisa y efectiva son cruciales”, explicó.
“Gracias a la investigación,
innovaciones como la cirugía mínimamente invasiva y la robótica están
transformando el tratamiento para los pacientes con cáncer y esta tendencia
tiene que continuar”.
Cámaras y sensores
Aunque algunos tratamientos contra
el cáncer requieren métodos no invasivos a menudo los cirujanos necesitan
meterse dentro del cuerpo del paciente, un procedimiento a menudo arriesgado.
Rob Buckingham, director de OC
Robotics, explicó que el robot serpiente podría convertirse en un sistema
mínimamente invasivo, ya que se infiltraría en el cuerpo a través de los
orificios del cuerpo o con incisiones locales como puntos de entrada.
Esto permitiría al cirujano ver y
“sentir” dentro del cuerpo, usando cámaras y equipo extremadamente sensible
para obtener información.
Brazos robóticos
Estas serpientes mecánicas podría
ser un complemento del sistema quirúrgico robótico que lleva utilizándose en la
última década, conocido como la máquina Da Vinci,
desarrolladla por la compañía estadounidense Intuitive Surgical.
Este mecanismo es como un robot de
tamaño humano con cuatro brazos equipados con pinzas. Aunque no puede operar de
forma autónoma, este robot ha permitido a los médicos llevar a cabo complejas
operaciones de forma mínimamente invasiva y mucho más precisa.
Funciona con el cirujano sentado en
una silla cercana y mirando una pantalla en la que aparece el área del cuerpo
donde tendrá lugar la operación. En esta posición el cirujano puede manipular
al robot por medio de pedales y palancas. Muchos hospitales en todo el mundo
han optado por usar a Da Vinci a pesar de su costo de US$2,2 millones.
Otra opción existente es un fino y
largo “brazo”
mecánico llamado Mirosurge, desarrollado por el centro
aeroespacial alemán DLR. Aunque también es un prototipo, sus creadores
afirman que este robot es más versátil que la máquina Da Vinci.
“Puedes acoplarle distintas herramientas y puedes usarlo
tanto como un brazo o como cuatro brazos en una mesa quirúrgica para asistir al
cirujano que lo controlará desde una mesa de trabajo”, asegura Sophie
Lantermann.
“Además, tiene sensores en las
articulaciones, lo que permite detectar colisiones. Por ejemplo, cuando hay un
paciente entre dos brazos de Da Vinci, un brazo puede golpear al otro, pero
nuestro brazo robótico detecta a otro brazo trabajando junto a este”.
Tumores que brillan
Una droga inyectada en el paciente
hace que los tumores brillen cuando se les proyecta una luz. Uno de los grandes
retos a la hora de extirpar un tumor es asegurarse de que se ha eliminado por
completo. Para ello el cirujano necesita entender dónde termina el tumor, lo
que puede ser difícil.
En la Universidad de Berna en Suiza, científicos
inyectan una droga en el cuerpo del
paciente que hace que el tumor brille cuando se le proyecta una luz. Esta
tecnología se aplica también a instrumentos que navegan por dentro del cuerpo,
a modo de GPS interno.
“La idea es rastrear los
instrumentos quirúrgicos para que el cirujano vea en la pantalla de la
computadora cómo se mueve la herramienta a través del cuerpo”, dice Stefan
Weber, del Centro de Investigación e Ingeniería Biomédica ARTORG de la Universidad
de Bern.
“Si miras el hígado, por ejemplo, éste es un órgano homogéneo y rojo amarronado, pero quieres ver dónde está el tumor”.
Los tumores brillantes facilitan la
tarea del cirujano a la hora de identificarlos en la pantalla y usar tecnología
de realidad aumentada.
“Escaneamos al paciente, creamos un
modelo en 3D del hígado con los vasos sanguíneos y en este modelo vemos los
tumores para poder decirle al cirujano dónde cortar”.
Más allá de estas nuevas tecnologías, uno de los principales
temas de discusión entre estos equipos científicos es encontrar la forma de
combinar todas estas tecnologías.
“Si empezamos a combinar, por
ejemplo, un robot serpiente que puede seguir, evitar o llegar a órganos del
cuerpo, con sensores que pueden identificar y llegar al objetivo marcado de
algún modo, entonces podría haber un beneficio clínico”, dice Rob Buckingham.
“Parte del reto es pensar en el
beneficio. Típicamente empezamos viajando en una dirección determinada,
asumiendo un beneficio, y luego nos damos cuenta de que el objetivo no es el
que esperábamos. Lo importante es empezar a moverse para aprender”.
Según la OMS.
Organización Mundial de la Salud, el cáncer es la causa del 13% de las
muertes que se producen anualmente en todo el mundo.
La empresa OC Robitica ha desarrollado
robots similares para usos industriales. OC
Robótica - BBC. Serpiente brazo robot.