Alemania, una de las 50 donde se han detectado dioxinas en los piensos.
La fábrica de piensos, origen de la contaminación de millares de granjas en Alemania, había detectado ya en marzo la presencia de niveles tóxicos de dioxina en sus grasas, que ha llevado ahora a la clausura preventiva de casi cinco mil establecimientos avícolas.
Un portavoz del Ministerio de Agricultura acusa a la empresa fabricante, Harles und Jentzsch, de no haber advertido inmediatamente de que sus propios análisis habían revelado ya un nivel de dioxina inadecuado para entrar en la cadena alimenticia, en los piensos que fabrican en Uetersen, al norte de Alemania.
El origen de la alerta sanitaria, que según informes contradictorios habría alcanzado ya a algunas exportaciones al exterior, está en que Harles und Jentzsch había mezclado en sus piensos aceites industriales servidos por una empresa holandesa.
Casi 5.000 granjas precintadas
Tras comprobar el nivel de toxicidad, en lugar de declarar la contaminación la fábrica habría intentado reducir la presencia de toxina mediante mezclas con otras sustancias. El escándalo por la contaminación ha llevado al precinto preventivo y temporal de 4.709 establecimientos en toda Alemania, según el ministerio de Agricultura.
El gobierno alemán estima que sólo en la región de Sajonia Inferior al menos 3.000 toneladas de piensos para gallinas ponedoras, otras aves y cerdos fueron objeto de la mezcla insalubre, que incluye ácidos grasos NO aptos para el consumo humano. Pero se estima que el volumen total del pienso malogrado alcanzaría a las 150.000 toneladas.
La ministra, Ilse Aigner, ha pedido a la Unión Europea una mejor legislación de ámbito europeo para proteger mejor a consumidores y granjeros, que ahora temen que la contaminación arruine a sus granjas. El precio de los productos afectados en el mercado germano se ha desplomado.
Endurecer los controles
La ministra dice haber hablado con el comisario europeo John Dalli y ha informado de que "en las próximas semanas vamos a explorar con nuestros socios europeos y empresarios el modo de fortalecer los procesos de control de dioxinas en la alimentación". "La gestión correcta del incidente con dioxinas en Alemania es de máxima importancia para la CE y debe hacerse con urgencia y eficacia", subrayó el comisario, que insistió en que la cooperación entre Bruselas y Berlín "es muy buena" en este caso. Representantes sanitarios de los Veintisiete analizarban la situación los días 12 y 13 de enero del 2011 cuando se reúnan en el marco del Comité Permanente para la Cadena Alimentaria y la Seguridad Animal en Bruselas.
Bruselas recordó que los huevos exportados no son para consumo humano sino para alimentación animal tras su mezcla con otros productos. También indicó que los primeros análisis en Alemania sólo constatan rastros de dioxina "tres o cuatro veces" superiores a lo permitido y que no constituyen "un peligro para la salud". Los niveles de contaminación de dioxina observados en los primeros análisis en Alemania se sitúan entre 12 y 16 pictogramas por gramos de grasa, insuficiente a juicio del Ejecutivo comunitario para plantear un riesgo para la salud.
La mayoría de las granjas que emplearon piensos que contenían grasas tóxicas se encuentran el estado federal de Sajonia Inferior. Las autoridades han decidido sacrificar animales que habrían sido contaminados con la sustancia tóxica, pero aún no se sabe la cantidad de carne y de huevos contaminados que han salido al mercado. (Se han cerrado miles de granjas avícolas tras detectarse pienso contaminado).
Los piensos contaminados fueron distribuidos por siete empresas en el estado federado de la Baja Sajonia, pero otros distribuidores hicieron llegar el pienso a granjas porcinas y avícolas de los estados de Renania del Norte Westfalia, al oeste del país, Sajonia-Anhalt, Sajonia y Turingia en el este y Brandeburgo al norte.
Una comisión del Bundestag ha confirmado a la Comisión Europea, que la carne contaminada no ha sido exportada desde Alemania hacia otros países, pero se sabe que huevos procedentes de algunas de las granjas habrían llegado a Holanda y Reino Unido, aunque la Comisión Europea dice que no ha sido probado aún que dichos huevos contuviesen niveles de dioxina inadecuados. Según las autoridades sanitarias, las dioxinas en alimentos podrían ser causa de cáncer y abortos.
Mezcla “por error”
Las investigaciones llevadas a cabo demuestran que los niveles de dioxina en los piensos son mucho más elevados de lo esperado, hasta 77 veces más de lo permitido, según fuente oficial. En nueve de cada diez controles efectuados en la empresa de Schleswig-Holstein los niveles fueron demasiado altos, confirmó el ministerio regional de Agricultura. Ya han sido completadas 30 pruebas y en 18 de ellas el nivel superó el límite.
El fabricante de biodiésel Petrotec vendió el ácido graso al comerciante holandés Olivet, quien a su vez se lo envió a Harles & Jentzsch, que en vez de utilizarlo para fines técnicos, lo mezcló "por error" con pienso para animales. La fiscalía ha abierto una investigación contra la empresa, que pudo haber cometido un "error humano".