TÓXICOS. Cuidado del cabello con productos ecológicos


La contaminación, la falta de sueño, el tabaco o una alimentación inadecuada hacen que el pelo se resienta y se estropee. Pero no son los únicos factores perjudiciales, además, los componentes químicos y perfumes sintéticos que utilizan muchos productos convencionales de cosmética capilar pueden desencadenar alergias y otros efectos negativos en tu salud y la de tu pelo. Eso, sin entrar a enumerar las consecuencias del empleo de los químicos para el medio ambiente. Lo mejor, como siempre, decantarte por la cosmética ecológica certificada. 

Qué ingredientes debes evitar

Tintes, fijadores, gominas, champús y mascarillas son productos habituales en nuestro día a día. Si los escoges de cosmética tradicional, ten especial cuidado al leer su composición en la etiqueta. Ten en cuenta que en la etiqueta los ingredientes se colocan según su cantidad en orden descendente (los primeros son de los que más cantidad tiene el producto). Estos son los principales a evitar. 
  • Los parabenos (metilparabeno, propilparabeno, etilparabeno o butilparabeno): La UE está convencida de la seguridad de los parabenes y ha aprobado su uso en una amplia gama de productos de cosmética e incluso de alimentación. Sin embargo, hay científicos que apuntan a los posibles riesgos de estos conservantes tan ampliamente utilizados. Estas sustancias son peligrosas porque al acumularse en la sangre pueden imitar hormonas que actúan naturalmente como el estrógeno, causando un desajuste en la función endrocrínica. Igualmente, hay un debate abierto respeto a su relación con el cáncer de mama. 
Parabenos (Paraben). Los parabenos son ésteres de para-hidroxi ácido ben zoico, del que se deriva el nombre. Los Parabenos comunes incluyen metilparabeno (nº E-218), etilparabeno (E-214), propilparabeno (E-216) y butilparabeno. Parabenos menos comunes incluyen isobutylparabeno, isopropilparabéno, bencilparabéno y sus sales de sodio.
  • Las combinaciones de yodo, cloro y bromo: Aparecen en las etiquetas como iodopropynyl,  aluminium chlorohydrate y methyldibromo glutaronitrile. Son sospechosas de ser cancerígenas y alergénicas, además de perjudiciales para el medio ambiente por no ser biodegradables. 
  • PEG (Polietilenglicol) o en nombres con el sufijo "eth".  Otra de las sustancias que se encuentran en muchos cosméticos habituales es el polietilenglicol y sus derivados que aparecen con las siglas PEG o en nombres con el sufijo "eth" como el ceteareth (Ceteareth-20: datos cosméticos toxina) o el famoso Sodium Laureth sulfaphate (SLS), se están empleando cada vez más como emulgentes (detergente), ayudan a la mezcla de una sustancia acuosa con una de naturaleza grasa. Aumentan la capacidad espumante y dan una sensación ficticia de limpieza. Su popularidad y amplio uso se debe a que son muy baratos al proceder de la petroquímica. Se desarrollaron a partir de la síntesis del etileno, sustancia explosiva empleada ya en la primera guerra mundial. Una variante del (SLS) Sodium Laureth sulfaphate es el,  (SLES) Lauril éter sulfato.
El problema, además, es que estas sustancias no son inocuas: son mutagénicas, capaces, por tanto, de producir algún tipo de cáncer e irritantes. También modifican el manto hidrolipídico de la piel con lo que la desprotegen y la dejan a merced de infecciones, alergias, etc.

Los productos que comúnmente contienen (SLS) Lauril Sulfato de Sodio o SLES se encuentran en: Jabones, champus, baños de burbujas, pasta de dientes, dertegentes, jabon para lavar platos, dertegente para la ropa, champus jabones para niños, quitamanchas, cepillo de alfombras, pegamento para tela,  gel para el cuerpo, crema de afeitar, mascaras, enjuages bucales, limpiador de piel, lociones hidratantes, cremas solares (bromceadores).  

 
Champús y acondicionadores: de aceites vegetales

Los productos ecológicos, ya sean tintes, champús o cualquier otro, son aquéllos procedentes de una agricultura libre de abonos, fertilizantes y pesticidas químicos, y en su cultivo, las prácticas que puedan dañar el suelo, la calidad del agua o el aire, y acabar con los recursos no renovables, son eliminadas o reducidas. Es decir, lo ecológico se cosecha y manipula siguiendo las estrictas normas de agricultura ecológica. Comisión Europea. Legislación

En la actualidad, hay cierta tendencia a confundir entre productos ecológicos y productos naturales, hablando de estos últimos cuando derivan de unos ingredientes naturales, como plantas, de los que retienen todas sus propiedades, por lo que un producto ecológico es natural, pero un producto natural NO siempre es ecológico. Mientras que los productos ecológicos favorecen a la salud y al aspecto del cabello, sin ser tóxicos ni provocar alergias, favoreciendo, asimismo, al medio ambiente, los convencionales pueden suponer grandes riesgos. Ferias de productos ecológicos
 
Con la cosmética capilar ecológica, al no contener sustancias artificiales, la recepción en el cuerpo es más agradable y sus efectos son más seguros, ya que están pensados para pieles sensibles que tienen más riesgo de alergias e irritaciones. Aunque en España son aún pocas las marcas de champús y acondicionadores con certificación ecológica, podemos encontrarlas ya con líneas muy completas, especialmente si vamos al establecimiento adecuado. 

Los compuestos típicos de champús de cosmética natural certificada están basados en aceites vegetales, ricos en vitaminas minerales y, por supuesto, formulados sin la utilización de colorantes, conservantes o perfumes sínteticos, ni derivados de petróleo, consiguiendo con ellos los mismos efectos que con los productos tradicionales, pero de forma más natural, respetando tu piel y el medio ambiente

Cremas colorantes capilares y colorantes capilares de origen vegetal

Los colorantes capilares químicos eliminan, de forma agresiva, la pigmentación natural del cabello, sustituyéndola por un tinte sintético, cambiando completamente el color original del  pelo y pudiendo dejarlo, por su utilización frecuente, frágil y sin vida. Sin embargo, los naturales estabilizan el conjunto de la estructura del cabello, sin dañarlo. Los ingredientes extraídos de las plantas refuerzan, además, el cabello, proporcionándole volumen y brillo. 

Hace ya casi 30 años que las mujeres usan colorantes capilares en polvo de origen natural, elaborados a partir de plantas finamente molidas, cromóforas, enriquecidas con proteínas de trigo y aceite de jojoba de cultivo biológico, que cuidan el cuero cabelludo de forma duradera desde su coloración y fortalecen su estructura. Estos colorantes deben mezclarse con agua hirviendo, formando una pasta espesa, que evita el goteo. También pueden añadirse a té negro o café, para reforzar la intensidad de su color.

Más recientes son las cremas colorantes ecológicas, un producto que aporta comodidad y sencillez al proceso de aplicación, ya que no hace falta ninguna preparación, simplemente apretar el tubo que las contiene y emplear sobre el cabello. Además tienen otro importante beneficio, estas cremas pueden aplicarse fácilmente sobre las raíces para evitar el contraste tendente a aparecer entre la cuarta y la octava semana. Son elaboradas, asimismo, sin colorantes sintéticos, conservantes, fragancias ni componentes agresivos, como el amoniaco o peróxidos que normalmente se encuentran en los tintes capilares tradicionales. 

Están creados a base de ingredientes naturales: colorantes de plantas, como henna de cultivo biológico, cáscaras de nuez, espino amarillo, mezclado con acondicionadores naturales, como las proteínas de trigo y la jojoba, para cuidar al máximo tu cabello.